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Un Toro frustrado se aleja de Europa

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El bigote de Martín Vazquez / Un Toro frustrado se aleja de Europa
Redazione Toro News

Sin tensión. Dormidos. Fríos. Así salieron los jugadores del Torino al césped del Olímpico. El equipo era incapaz de sobreponerse a la buena presión adelantada que planteó desde un principio Mihajlovic, por lo que el castigo no tardó en llegar con el gol de Okaka. El delantero blucerchiato aprovechó el lío descomunal de Glik y Maksimovic para hacer el 0-1. Un tanto que no debió subir al marcador pero que Damato concedió pesa al fuera de juego. Es cierto que no era una acción fácil de ver pero también es verdad que es un nuevo error en contra del Toro, que escuece más después de lo sucedido en el Derby la pasada semana. Ya son muchas las decisiones erróneas sufridas a lo largo de la temporada. Demasiadas. Tocaba reaccionar y remar a contracorriente. Había tiempo de sobra. Sin embargo, los de Ventura daban síntomas de preocupación.

A las lagunas defensivas insólitas mostradas, se sumaba la incapacidad para llegar con peligro al área rival y el exceso de envíos largos sin destinatario. El Toro tiró totalmente a la basura la primera media hora de juego y cuando por fin empezó a despertar y a asediar la portería de la Sampdoria, se encontró con un Mostafi espectacular en la marca y con un Da Costa muy seguro, que paró todo lo que le llegaba. Merecieron el gol antes del descanso, pero no llegó. Tras la reanudación, el equipo lo siguió buscando con ahínco, sin embargo, sus intentos se quedaban en nada y la frustración, la desesperación y la impotencia empezaron a aparecer y apoderarse de un Toro cada vez más obtuso que echaba en falta el fútbol entre líneas de El Kaddouri. El mediocampo no conectó de forma precisa ni una sola vez con los puntas, que siempre tuvieron que buscarse las habichuelas en solitario, en guerras individuales. Sin premio. El equipo funcionaba a tirones, intercalando aceleración con cierta apatía y mostrándose, incluso, nervioso y plagado de imprecisiones.

Mediada la segunda parte, Ventura decidió poner a todos sus delanteros juntos sobre el campo para intentar remontar a través de la acumulación de efectivos. Tampoco sirvió de nada. Aunque las ocasiones siguieron llegando con fluidez, la fortuna parecía estar de permiso y la pólvora de Cerci e Immobile, mojada. Barreto y Meggiorini no aportaron nada al ataque, una vez más, y mientras el Toro cosechaba oportunidades infructuosas, la Sampdoria sólo necesitó un libre directo para matar el partido. Gabbiadini, con maestría, la coló dentro, lejos del alcance de Padelli y el Toro empezaba a darse cuenta de que no era día para alegrías y de que la victoria se alejaba, sin remedio, del Olímpico.

La derrota es dolorosa y es la primera vez en toda la temporada en la que el Toro acumula dos partidos perdidos de forma consecutiva. No es para hacer saltar las alarmas, ya que la temporada del Toro está siendo, obviamente, muy meritoria pero es un toque de atención que los jugadores y el míster deben recoger para volver a hacer su fútbol habitual en las siguientes jornadas. Presión, velocidad, eficacia y solidez. Las bases de este Torino que no se han visto contra la Sampdoria. Con esta derrota, el sueño europeo del Toro se aleja a más de un partido de distancia. La próxima semana el equipo de Ventura visita al Inter, un rival directo por ese objetivo europeo. Y lo hará con la defensa en cuadro. Maksimovic, Glik y Bovo vieron amarilla y se perderán, junto al lesionado Moretti, un duelo que puede ser definitivo para saber si el Toro será capaz de luchar por los puestos de Europa League de aquí al final de temporada o si, por el contrario, tendrá que conformarse con conseguir una salvación tranquila. Ese es el objetivo fundamental de la temporada, como tantas veces han repetido Ventura y sus jugadores, pero a este Toro hay que exigirle más. Porque ha demostrado poder darlo.

 

 

 

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